Los compositores aplican una insípida y a la postre inútil banda sonora que busca crear un entorno asfixiante, tóxico, y que resulta que ni encuentra su espacio en el resto del filme ni sirve realmente para nada, desde luego no para involucrar al espectador más allá de generar frenesí. Es música electrónica sin entidad, vacía y torpe en aquellos momentos donde pretende ser efectista, que nada suma y nada complementa a lo que ya está relatado, ni tampoco genera atmósfera que pueda resultar amenazante para personajes y espectadores. A su completa falta de solvencia (musical y estructural) se une su patética parte dramática, tan insípida y desangelada como el resto. Siendo esta una película de miedos y misterios, aventuras y lucha por sobrevivir es lamentable que lo que menos haya importado haya sido la música.