Adaptación de la novela homónima, que reimagina al Presidente de Estados Unidos, Abraham Lincoln, desempeñando la tarea de cazador de vampiros.
El compositor aplica una partitura ambiental y de acción, con un tono moderadamente gótico y deliberadamente grandilocuente, que recrea un entorno épico con fuerza melódica. Se destaca, aparte por su sentido caótico general, por la parte dramática y romántica, crepuscular, que va tomando forma a medida que avanza y que deriva hacia un final liberador.