El último Neandertal vive de forma pacífica, nómada y en armonía con la naturaleza mientras recorre Europa en busca de los últimos supervivientes de su clan. Los homo sapiens le rechazan pero él se acaba enamorando de una de ellas.
El compositor aplica una partitura donde desarrolla dos niveles dramáticos bien definidos: por un lado, música arcaica y primaria para el entorno; por otro, música dramática y lírica para el personaje. En la primera utiliza instrumentos étnicos, contundentes percusiones y voces, en tanto que la segunda se sustancia en música sinfónica, muy bella. Ambos caminos acaban por encontrar un espacio en común, muy elegante, en forma de evocador tema principal.