Un pueblecito vive en armonía y tranquilidad hasta que llega una caravana conducida por un singular mago, que promete más felicidad pero acaba trayendo el horror.
Partitura en la que el compositor deambuló entre temas de corte idílico y otros de horror, deliberadamente grotescos y góticos, a modo de contraste entre un mundo plácido y el siniestro destino al que se ve sometido. Sobresale su bello tema inicial y una dantesca melodía de carrousel. Reemplazó a la partitura que había escrito Georges Delerue.