Sin despeinarse. Así supera el Maestro JNH su propuesta para esta película, quizás la mejor de su realizador; el competente Edward Zwick. El sello de Howard se nota, a pesar del distanciamiento existente entre esta y, digámoslo así, las obras de mayor calado del compositor. Sin embargo eso no es una pega, ni muchísimo menos un inconveniente. La partitura de BLOOD DIAMOND se nos antoja muy bien construida, en sus temas y sus orquestaciones, en su mensaje y su lirismo. Una banda sonora muy completa, repleta de momentos que bordan el talento supremo, ya sea en ese sutil solo de piano del corte “Maddy & Archer” o en el evocador y poderoso “Solomon Vandy”. BLOOD DIAMOND es, ni más ni menos, una banda sonora hecha con oficio. Un trabajo notable en la carrera de este maravilloso compositor, cuyos legados son tantos como las lágrimas que hemos derramado con ellos. James Newton Howard es sinónimo de calidad. Y BLOOD DIAMOND cumple la regla. SIW