Aventuras animadas en el imperio Azteca sobre la lucha por el poder de un vanidoso emperador que acaba siendo transformado en llama y un pérfido administrador que le usurpa el poder.
A pesar de los excelentes resultados comerciales y artísticos que logró la Disney con sus partituras, su tendencia reciente es la de primar lo meramente económico, sacrificando la calidad que siempre tuvo el estudio. En esta banda sonora Sting perpetra horribles canciones (muchas ni aparecen en la película), pero la partitura orquestal es notable: melodías que van de un animado jazz a temas dramáticos elaborados, pasando por referencias satíricas a clásicos. Pero, en contra de la coherencia habitual, aquí música y canciones no tienen nada que ver.