En el Nueva York de mediados del XIX, la delincuencia y el crimen campan a sus anchas. La ciudad está controlada por políticos corruptos y bándas de gángsters italianas e irlandesas. Un joven se une a una ladrona para vengarse del hombre que mató a su padre.
Caótica y exagerada creación que se sustenta en una mezcla extraña y anárquica de canciones modernas. La música -no original, sino de una creación previa del autor- es sustancialmente de aire irlandés, y finalidad ambiental. Elmer Bernstein trabajó en el filme, pero su música fue rechazada.