Una oficial de policía, cuyo padre fue un asesino en serie, investiga una cadena de asesinatos, que la pone en peligro.
El compositor recurre al conjunto de tópicos y clichés habituales en el cine de suspense para intentar -sin éxito- recrear turbación e indefinición, pero lo único que logra es parchear secuencias y deambular sin sentido a lo largo del filme. Su falta de solidez, la ausencia de propuestas atrevidas y una excesiva y descarada autocomplacencia dan como resultado una de sus peores obras en años.