En febrero de 1952, una tormenta daña a un petrolero y en un pequeño bote salvavidas, enfrentándose al temporal y a las gélidas temperaturas, cuatro miembros de la Guardia Costera se disponen a rescatar a los marineros atrapados a bordo del buque que se está hundiendo.
Lejos del tipo de música sobrecargada y enfática que suele aplicarse en este tipo de filmes, el compositor firma una creación que focaliza más en lo dramático y lo lírico. Hay un tono general apaciguado y reflexivo, bello aunque finalmente acaba por ser algo apático y monótono. Cuenta con un hermoso tema principal dedicado a resaltar el esfuerzo y valentía en la gesta y que conoce algunas variaciones complementadas por temas similares que acaban por generar cierta confusión en sus pretensiones, finalmente más estéticas que narrativas.