Cuarta entrega de la saga iniciada en Die Hard (89), en la que el protagonista se enfrenta a un grupo terrorista cibernético que pretende sabotear la estructura tecnológica que sustenta la economía de Estados Unidos.
Tras la muerte, en 2003, de Michael Kamen el relevo tomado por Beltrami supone un descenso considerable en calidad e interés. Partitura rutinaria con efectos orquestales y electrónicos, aparatosa y funcional, que no contiene elemento alguno de originalidad. Dinamiza la acción y genera tensión, pero nada más.