Tras ser violada y asesinada por su vecino, una niña de 14 años contempla desde el Cielo cómo la vida de su familia cambia tras el terrible suceso. Un detective intentará resolver el caso, mientras el asesino borra todas las pistas y se prepara para volver a matar. Ella, desde el Más Allá, intentará ayudar a capturarle.
El autor recrea, acertadamente, un ambiente de estática tristeza, desolada e incluso etérea, y también es particularmente brillante al trasladar esa sensación no solo a las víctimas (niña y familia) sino también al asesino, a quien, por contraste con su depravación, convierte en un ser implacablemente indiferente. Pero no son pocos los momentos que, en la película, la música parece desorientada y carente de solidez, siendo incluso especialmente pobre en los momentos en los que se pretende transmitir algo de felicidad. Hay una gran evolución dramática en el filme, pero no en la música, que se mantiene estática y que, en bastantes de sus momentos, parece más parcheada que integrada. Su resultado, aunque correcto, es abiertamente insuficiente.