En el crepúsculo de la Rusia imperial, la bailarina Matilda Kshesinskaya se convierte en la amante de tres grandes duques.
El compositor firma una creación suntuosa y muy intensa en lo dramático, que desarrolla en los terrenos de lo romántico y de lo ténebre. Se destaca por su emotivo tema principal, de la protagonista, una melodía bella y algo crepuscular que se complementa con otras músicas en similar línea para el contexto histórico de una Rusia al borde del colapso. También son notables las músicas que se encargan de generar tensión y enfatizar el peligro. Es en su conjunto algo confusa en su estructura y dispersa en su desarrollo, pero cuenta con momentos excelentes.