Un pintor americano vive en París en los años del esplendor artístico, los veinte, y allí se reencuentra con su antiguo amor, ahora en brazos de un millonario.
Partitura ambiental en la que el compositor recurre al jazz sofisticado de los años veinte y treinta para recrear el entorno, aportar calidez y romanticismo, con solvencia.