Una mujer y su hija se extravían en el bosque, donde son acechadas por una criatura que no es humana ni animal.
Banda sonora electrónica y minimalista, en la que los compositores reducen a la mínima expresión una música aplicada para generar el entorno de terror y para resaltar la fragilidad y vulnerabilidad emocional de los personajes. Solo esta música es la que logra concretizarse en una forma melódica reconocible, aunque también muy básica, pero sirve de referencia. La sonoridad propuesta acaba siendo monótona y a ella aparenta acomodarse el espectador, aunque un giro brusco lo lleva todo a un territorio caótico y delirante. Es una de las mejores obras del dúo para el cine.