OBRA MAESTRA

fulminante BSO del maestro williams es tan genial que cada vez que la escucho me deja sin habla asi de simple!

Pepinazo de banda sonora para un magistral film, John Williams se recupero de un año de polemicas (primero con la Guerra de los Mundos, tremendo score criticado hasta la saciedad por la falta de un levmotiv y luego, su magistral trabajo en el tercer episodio de la saga galactica, por algunos), sin embargo, el maestro se marco con Munich uno de sus trabajos mas brutales y magistrales de su carrera, esas atmosferas turbias, su drama (con Lisbeth Scott como solista) y su belleza hacen de Munich un trabajo de infarto, asi de simple, oh si, tambien Memorias de una Geisha es junto con esta un duple de obras maestras que nadie deberia perderse.

Superior banda sonora en la penúltima colaboración con Spielberg. Poco que comentar sobre sus piezas más melódicas, que son impresionantes (siguiendo con el A prayer for Peace con sus ambiciones concertísticas). Una fabulosa pieza que no se ejecuta íntegra en la película, pero que le sirve de idea para aplicaciones menos moralizantes y más ambientales. El bellísimo tema de Avner es una de las piezas típicas de Williams, de raíz hebrea es utilizada por una voz en la ejecución de los atletas israelíes pero no despuntan de nuevo en el filme en las versiones del cd al tema 8 y 16. Con total seguridad el motivo es para no humanizar a un bando en contraste con otro, logrando la sensación de imparcialidad. Tras estos apuntes melódicos (que incluye un variación impresionante del himno israelí), nos queda la parte más brillante de la banda sonora. Las texturas turbias y densas sirven para ilustrar el ambiente asfixiante donde se encuentran ambos bandos, mientras que una formidable aplicación de percusión es usada en las persecuciones y seguimientos con una capacidad de tensión altísima. Similar a la conseguida con Tiburón. La instrumentación oriental ayuda a contextualizar la historia, y estos momentos son de los más angustiosos escritos por la pluma de Williams. Otra muestra más de la subordinación a las imágenes apoyándose mutuamente y con el diálogo. Simplemente genial la obra, y John Williams, estrenando a final de año estas dos joyas que son Munich y Memorias de una Geisha, logra lo más cercano a una masturbación auditiva. Rabiosamente buena.

Si bien Williams ha decepcionado a muchos de sus seguidores en sus ultimos trabajos para películas de acción y aventuras, no ocurre lo mismo al abordar el género dramático, donde ha salido airoso con bandas sonoras de gran maestria. Y eso es precismente lo que ocurre con "Munich". El intenso dramatismo, con creaciones de una belleza inconmensurable y, en ocasiones, aderezadas con toques de vívida tensión, y su brutal crudeza y realismo al tocar musicalmente esta tragedia, hece de esta composición un auténtico ejemplo a seguir.