Remake de Gæsterne (22). Cuando una familia estadounidense va invitada a pasar un fin de semana en la idílica finca campestre de una encantadora familia británica que conocieron en unas vacaciones, lo que comienza como una escapada de ensueño pronto se convierte en una retorcida pesadilla psicológica.
Los compositores firman una creación de suspense con las convenciones, zonas comunes y clichés habituales en el género, menos interesante que la música del filme original, que funciona y es eficiente en su pretensión de generar claustrofobia y angustia.