Espectáculo inspirado en el filme Avatar (09), en el parque temático de Disney en Bay Lake, Florida.
El uso de algunos de los temas de James Horner hace este álbum (y seguramente el espectáculo en Florida) suponga un emotivo reencuentro con el mundo de fantasía descrito musicalmente por el fallecido compositor. Genera empatía y nostalgia, pero también se le logra dar una segunda vida, no limitándose a ser un revival o una recreación, y ello es gracias al buen trabajo en adaptación y con música original de Franglen, tras el estimable trabajo que hizo en The Magnificent Seven (16) para completar la obra inacabada de Horner. La música original es coherente con la preexistente y derivada de ella, si bien también tiene su punto meramente comercial, como se corresponde a lo que es un espectáculo familiar.