Secuela de Peter Rabbit (18), en la que el conejo y sus amigos vuelven con más aventuras más allá del jardín.
El compositor mantiene e incluso mejora la línea de la anterior entrega, con una dinámica, espléndida y muy esforzada fiesta de música que hace uso del poderoso tema principal de aquél filme e incorpora nuevos temas también enfáticos. Todo ello para redimensionar la aventura, el humor y también lo sentimental, respetando la tradición de los grandes clásicos en el género y con muy solvente música sinfónica.