Secuela de Knives Out (19). Un multimillonario invita a algunos de sus allegados a una escapada a su isla griega privada, pero alguien aparece muerto. El famoso detective Benoit Blanc viaja a Grecia.
A diferencia del anterior filme, esta es una creación mucho más amplia, completa y cohesionada. Hay un tema principal, que es genérico, que es recurrente especialmente en las escenas de investigación y conoce algunas transformaciones, que abarcan de lo picaresco a lo dramático. Junto a este tema hay dos centrales de gran relevancia: el de Andi, una melodía de aires enigmáticos y romántico-melancólico, y el del conjunto de amigos del anfitrión, que se repite con distintos instrumentos en función del personaje en el que se centre la secuencia para jugar con la idea de que unos se roban el tema a los otros. Estos tres temas interactúan divertida y hábilmente entre sí, especialmente en la parte final. Como sucedió en el filme anterior, el protagonista no tiene tema, un acierto pues lo mantiene fuera del contexto, por encima de los demás personajes. Una banda sonora de aires clásicos muy sólida.