Una mujer madura de clase alta lleva tiempo contratando una vez al mes los servicios de un escort, pero un día este no puede acudir y envía a otro, un muchacho de barrio más joven e inexperto.
Esta es una creación austera y sobria que va directamente al tuétano del dolor, lo que la mujer calla y esconde. El chico que acude a la cita sexual rompe el muro y suelta así la música que la muestra a ella en su desnudez emocional, relacionada tanto con su amor por el chico con el que siempre se cita como con sus propios miedos y frustraciones. El piano da forma a una hermosa y sensible melodía que muestra la autenticidad de las emociones, el violoncelo el desgarro y la base electrónica las oscuridades y sombras. Todo ello evoluciona, si bien irregularmente, hacia una resolución liberadora y elegante.