La batalla de Normandía durante la Segunda Guerra Mundial narrada en toda su crudeza y realismo, con una acongojante secuencia inicial con el desembarco de los marines norteamericanos en la playa francesa y la posterior historia de la búsqueda de un soldado perdido en el campo de batalla a cargo de un oficial y una reducida tropa.
Emotiva partitura que, en un afán de dar el máximo realismo a las imágenes de la película, no aparece en las secuencias de combate, especialmente en la del desembarco en Normandía. El trabajo del compositor se ubica al principio del filme y en algunos de los interludios, en escenas donde los personajes no combaten. La pieza más destacada es un sentido himno a los caídos, que sirve para cerrar el filme.
El tono general de la banda sonora está dominado por melodías que evocan la tristeza por los muertos en batalla, pero también como un homenaje por el sacrificio realizado.
No tiene grandes variaciones, es uniforme y muy expresiva. Construida y escrita en pocas y amplias suites, que permiten describir la atmósfera, la sensación y el ambiente, pero no la acción.