Es más que evidente que esta banda sonora surge a partir del modelo de la música de John Williams para la saga de Harry Potter, no hay disimulo alguno en ello. Pero la imitación, la copia e incluso el calco no es per se malo si el resultado del homenaje no esconde sino que muestra las habilidades y el talento de quien homenajea y no resulta torpe y ridículo. Por la temática del filme -hechicería familiar- es más que evidente también que ha sido algo buscado y demandado por la propia producción, con o sin la voluntad de, en este caso, la compositora.

Esta es una notable y vigorosa banda sonora sinfónica con un sobresaliente tema principal del que se saca muy buen provecho en su desarrollo y con temas centrales que por quedar algo más diluidos en la estructura temática hace que en su resultado final sea una creación enérgica en lo musical y menos consistente en lo narrativo. No es John Williams, pero es muchísimo más que digna de ser comparada.