La infancia de Jesucristo narrada desde que su familia regresa de Egipto a Nazaret.
La vinculación de este filme con The Passion of the Christ (04) se da, aparte de contar un fragmento en la vida de Jesucristo, en el hecho de que comparten mismo compositor, lo que hace inevitable establecer conexiones. Y efectivamente las hay, en su espiritualidad, en lo orgánico de la música y en algunas otras intenciones, si bien no hay relación en temas, porque ambos filmes son independientes y este no es tratado como una precuela.
Esta es una banda sonora de génesis, de inicios e incertezas, de dudas y de respuestas, de búsquedas y de revelaciones, en las que las músicas son puntos de partida y no de destino, que inicialmente son expuestas de modo desordenado, variante, inconcreto, pero que a medida que avanza la historia comienzan a tomar forma y a unificar su mensaje, finalmente místico y lírico. En The Passion of the Christ (04) las músicas ya estaban formadas porque la película era un tramo final, en tanto este filme explica un tramo inicial, y como tal funcionan las músicas que son de origen. Esta es una creación pausada, expectante, que en su desarrollo y evolución madura y toma cuerpo, que sabe aprovechar lo étnico no solo con propósitos folcloristas y que finalmente lleva a un punto que no es conclusivo y que demanda otro filme para que lo expuesto pueda tener desarrollo. Si no hay ese otro filme, sus planteamientos quedarán abiertos e inconclusos, pero como este no es el final sino el principio de la historia más grande jamás contada, deja a la imaginación el saber cómo sigue el relato musical del compositor, porque le queda mucho por explicar.