Esta semana hemos conocido la sorprendente y muy grata noticia de una doble nominación española a los premios World Soundtrack Awards, que se conceden anualmente en la ciudad belga de Gante durante su festival cinematográfico, y que tienen gran prestigio internacional. Grata noticia por ser españolas pero también sorprendente por tratarse de dos bandas sonoras de filmes poco o nada conocidos... y de cuyas músicas solo en MundoBSO hemos dado cuenta.

Las bandas sonoras agraciadas son Pasaje al amanecer (de Diego Navarro) y El jugador de Ajedrez (Alejandro Vivas), que optan en una categoría, Public Choice Award, a la que como refiere su título no se opta por un proceso de elección de un jurado o de otros compositores, sino de aficionados e interesados del mundo entero que han seleccionado las finalistas de entre una lista de abundantes títulos infinitamente más conocidos y de autores mucho más renombrados. Es un mérito grande especialmente para Alejandro Vivas, quien estando en la preselección inicial lo tenía todo a su favor... para no salir de la más absoluta invisibilidad: nadie le conoce a él ni a su película, tampoco en España, pues fue un fracaso en taquilla y la banda sonora no está editada. Lo único que el público ha podido valorar es el tema principal que aparece en su ficha en MundoBSO, y con ello ha sido suficiente para que gentes de todo el mundo le elijan entre docenas de rivales. Por su parte, Diego Navarro ha tenido a su favor que su banda sonora sí ha sido editada, por Varèse Sarabande, aunque es poco probable que haya logrado ventas significativas como para explicar haber sido elegido candidato por una película que, también, pasó con más pena que gloria por los cines, y que es completamente desconocida fuera de nuestro país. Claramente, ambos han superado a todos los demás preseleccionados por sus méritos propios, el valor de sus músicas, no por el impuso de películas que nadie ha visto. Y siendo así que nadie de quienes les han votado pueden saber o conocer para qué han servido sus creaciones, cinematográficamente hablando, ¿qué sería si además de las cualidades musicales eso fuese conocido?

Pues si no existiese MundoBSO, nadie sabría de las virtudes de ambas bandas sonoras, pues a pesar de todas sus excelencias, nadie más les ha dedicado siquiera unas líneas. No son una excepción: ni estas creaciones ni sus autores son los únicos damnificados de una práctica generalizada que consiste en no llevar a la práctica el respaldo y apoyo a la música de cine en España entre quienes debieran hacerlo. En otras palabras, se las ignora casi por completo. Por el contrario, el compromiso de MundoBSO es claro y constatable: 1.225 bandas sonoras españolas comentadas -nadie podrá encontrar sitio web o publicación en el mundo entero donde haya ese volumen-, y ningún compositor -al menos los relevantes- podrá encontrar más obras suyas comentadas (y en general, con valoraciones positivas) que aquí. Y, sin embargo, y pese a lo que es más que obvio, MundoBSO sufre -es un decir, ¡no literalmente!- la desconsideración y falta de gratitud de una cantidad no pequeña de compositores españoles, así como de algunas discográficas, a pesar del esfuerzo ingente que supone que aquí haya de ellos mucho más que en cualquier otra parte. Seguramente habré cometido errores (ninguno insubsanable), pero el único error que estoy determinado a no comenter jamás es el de engañar a los lectores, el de no decir lo que pienso y el de dejar de ser severo en mis críticas si creo que debo serlo. A nadie se le escapa que si entrase en la práctica de la adulación otro gallo cantaría y MundoBSO sería la niña de los ojos de todos los que ahora ni tan solo nos dan las gracias por una crítica positiva (de las negativas comprendemos el silencio) o ni siquiera por haber sido finalista a nuestros queridos Premios MundoBSO. Y todo ello, sabiendo como se sabe que esta es la web de bandas sonoras más leída y seguida, con amplia diferencia, en idioma español. En cualquier caso, cualquier desánimo se desvance en cuanto consultamos las cifras de visitas diarias, también hay que decirlo a riesgo de parecer arrogante. Por otras razones, sobre esto ya escribí en otro editorial, El derecho a la adulación, al que me remito en todos sus términos, y allí me pregunté si ¿Alguien cree que todo lo que se hace en el cine español es excelente? ¿No hay bandas sonoras regulares cuando no directamente malas?.

Debo decir que ni Vivas ni Navarro han estado nunca en este grupo de compositores del desafecto, del mismo modo que debo decir que todos aquellos que lo están no van a alterar la estricta hoja de ruta que sigo en MundoBSO, que es la del invariable apoyo a la música de cine español. Y aunque seamos los únicos en hablar de ello, nada cambiará esa hoja de ruta sino, bien al contrario, la estimulará aún más. El que MundoBSO haya sido la única en proclamar las enormes virtudes de estas dos bandas sonoras ahora reconocidas internacionalmente tiene un punto de tristeza y desaliento pero otro inmenso de orgullo y satisfacción. No necesitamos aplausos para estar contentos, sino buenas bandas sonoras españolas para poder celebrarlas.